...There was blood on the pavement...

Imagino que a todos los conductores les habrá pasado lo mismo

Sacarse el carnet de conducir puede llegar a ser hoy en día un golpe moral muy duro para algunas personas. Sobretodo si te lo sacas a una edad temprana (antes de los 30, pero ojo, no digo joven, ya que la juventud cada vez se alarga mas) y tienes pensado usarlo a diario para hacer largos trayectos.

Ya cuando empiezas a hacer clases teóricas y prácticas te dicen que las leyes no están para respetarlas, sinó para preservar vidas (y también para llenar las arcas del estado, pero eso en menor medida). La gran mayoría de nosotros pensamos: Cuando me saque el carnet esto no lo voy a respetar porque es una tontería, y esto tampoco, etc.

También todos somos conscientes de que la carretera es un monstruo que se come cada año tantas vidas que no podemos llegar a comprender la magnitud de este hecho. Incluso creo que realmente no nos lo llegamos a creer. No creemos que nos pueda llegar a pasar algún día

Otro golpe (el mas duro en mi caso) es cuando te tienes que hacer el seguro. Entiendo que es completamente necesario, pero cuando acompañas a éste con un seguro de vida para una persona de 21 años (bueno, vale, casi 22) se hace realmente difícil de digerir. En este momento te das cuenta de que si te obligan a eso es realmente preocupante la situación.

Para colmo, todas las lesiones, en incluso la muerte, están perfectamente calibradas y tienen un precio. Pero ojo, sólo cubren al conductor (creo que eso en algunos casos es mejor que se lo ahorren si resultan heridas otras peronas). Es duro leerlo.

Todos podemos decir "yo respetaré las leyes", "yo no voy a correr" o "cogeré el coche sólo lo necesario", pero cuando tu vida no depende sólo de ti sinó de otras personas que circulan a tu alrededor, y la vida de ellas a la vez depende de ti (sobretodo en autopistas y similares)te puedes llegar a preguntar... cojones, donde me he metido??

Expuesto esto la reflexión está hecha. Simplemente decir que a veces, pese a que sabemos a lo que nos exponemos no somos realmente conscientes y muchas veces los números de la estadística, en forma de árbol, no nos dejan ver el bosque.

Nos vemos y que vaya bien. Me voy a practicar con el focus.